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Momias de Llullaillaco

Los estudios realizados a unas momias de tres niños, descubiertas en 2009 al noroeste de Argentina, están dando datos importantes para la comprensión de la cultura Inca. Por mucho tiempo las leyendas sobre sacrificios de niños para los dioses, encontraron por fin un asidero real, a continuación  les dejo algunos recortes informativos que encontré en la red, basta decir que leer sobre estos temas es apasionante por que nos da una visión de como pude ser la vida en la antigua sudamerica y del sorprendente imperio del Tahuantinsuyo.


Los Niños de Llullaillaco

“…decía la muchacha, acaben ya conmigo que para fiestas bastan las que en el Cusco me hicieron; lleváronla a un alto cerro, remate de las tierras del Inca, y hecho el depósito la bajaron a él y la emparedaron viva”. Así, según dejó escrito el sacerdote Hernández Príncipe en 1601, acabó la vida de una virgen del Sol, una mujer elegida por los incas para ser sacrificada en la cumbre de una montaña. Leer mas


Seleccionados por su belleza y perfección, 2 niñas y un niño fueron sacrificados y ofrecidos a las deidades Incas para mostrar su agradecimiento a los dioses por el agua y los elementos vitales así como para pedir protección.
Los cuerpos ahora momificados y conocidos como Los Niños del Llullaillaco, fueron descubiertos a 6 mil 700 metros sobre el nivel del mar en 1999, gracias a una expedición de 14 investigadores encabezada por Johan Rienhard, un explorador estadounidense de la National Geographic Society y el investigador principal de The Mountain Institute. Leer mas



También podemos encontrar imagenes y videos sobre los estudios realizados a las momias

CHAN CHAN - Herencia Cultural

Chan Chan fué declarada Herencia Cultural Mundial por UNESCO en 1986
También conocida como ciudad de la eterna primavera, Trujillo fué fundada en 1534.
Recomendado:


Pared con figuras geometricas e iconos













Vino del mar, no se sabe de dónde, en una flota de balsas, con toda su corte y guerreros, llegó a la costa norte de lo que hoy es el Perú, en el valle de Moche y fundó un reino. Su nombre era Tacaynamo y fue el primer soberano de Chan Chan, la ciudad más importante de Chimú. Tuvo un hijo llamado Guacricaur, y éste, uno al que llamó Ñancempinco. Fueron diez los reyes de esta dinastía . El último, Minchancaman fue derrotado por los Incas, quienes destruyeron la ciudad y dividieron al reyno. Así cuenta la leyenda de Tacaynamo, recogida en el documento "Historia Anónima" escrita en 1604 por algún cronista español, que narra la fundación de Chan Chan y del reino de Chimor.

Chan Chan se ubica en el valle de Moche, frente al mar, a mitad de camino entre el balneario de Huanchaco y la ciudad de Trujillo, capital del departamento de La Libertad en la costa norte del Perú El sitio arqueológico cubre un área aproximada de 20 kilómetros cuadrados. La zona central esta formada por un conjunto de 10 recintos amurallados (llamados "ciudadelas") y otras pirámides solitarias. Este conjunto central, cubre un área de 6 kilómetros cuadrados, aproximadamente. El resto, está formado por una multitud de pequeñas estructuras mal conservadas, veredas, canales, murallas y cementerios.

Desde fines del intermedio temprano (600 d.C.), y comienzos del horizonte medio (700 d.C.) -fase Moche V- en la costa norte del Perú, surgen nuevos modelos de ciudades, donde la estructura principal no será únicamente una pirámide ceremonial, sino una gran cantidad de cuartos y edificios cercados por grandes muros ("canchones"), que acompañan a ésta como la parte más importante del asentamiento. Un ejemplo de esto lo tenemos en las urbes Moche V de Pampa Grande, en el cercano valle de Lambayeque y Galindo, en el mismo valle de Moche. Lejos de las diferencias formales, en ambos, se pueden notar la importancia que tienen los grandes recintos amurallados, que albergan edificios dedicados a funciones administrativas, y por supuesto, ceremoniales. Otro ejemplo, lejano físicamente, pero contemporáneo, son las ciudades de Cajamarquilla y Pachacamac en la Costa Central (ambos, próximos a Lima).




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Kantupata - Cusco - Perú

Kantupata: Más allá de la arqueología

RAFO LEÓN Y BILLY HARE, DE LA MANO DEL ANTROPÓLOGO THEO PAREDES, NOS NARRAN Y GRAFICAN LA HISTORIA DE UN IMPORTANTE SITIO ARQUEOLÓGICO UBICADO EN EL DISTRITO DE MACHU PICCHU

Por: Gonzalo Galarza Cerf - Fuente: El Comercio

El libro “Kantupata. Más allá de Machu Picchu” es respuesta. Pero, sobre todo, interrogante. Respuesta porque el trabajo iniciado en el 2005 por el arqueólogo Manuel Silva y el antropólogo Theo Paredes en Kantupata demandaba un espacio para la divulgación y promoción de este descubrimiento. Interrogante porque tras la realización de obras de emergencia y limpieza de la vegetación destructiva en la zona se abre el sendero de preguntas que van más allá de la arqueología.

“Más allá de la arqueología porque en un lugar como ese puedes combinar el disfrute estético (una prioridad), y el descubrimiento de una serie de cosas como la vinculación de naturaleza y arquitectura antigua pero en una visión particular. Porque el trabajo que hizo Poqen kanchay fue para mantener la relación entre la flora y la arquitectura; que es una manera de dejar la huella del paso del tiempo. Son una serie de factores que trascienden lo arqueológico o te hacen verlo de una manera más integrada, más completa, menos hiperespecializada y, por tanto, más abierta a espíritus no necesariamente científicos. Eso tratamos de plasmarlo con el equipo en la publicación y me parece que lo hemos logrado”, dice Rafo León, cuyos textos en el libro transforman la lectura en una travesía literaria por momentos.

León ha plasmado su experiencia tras recorrer el sitio arqueológico junto al fotógrafo Billy Hare y la diagramadora Elena González, todos bajo las explicaciones de Theo Paredes, y ha insertado envolventes extractos de la historia de Manuel Silva con Kantupata, que data de 1990: “[...] Los ojos y el rostro de Honorato Huillca se iluminaron por un instante, frunció el ceño y me dijo, casi como en un susurro, bajando la voz para que nadie escuchara: “Doctor Manuel, sabe usted que a dos horas de camino de Intipata, en la parte alta de Torre Pata y debajo del camino inca que se dirige de Phuyupatamarca a Wayractambo, entre lianas, orquídeas, los curcur, intimpas, queuñuas, uncas y árboles que están entre brumas y nieblas espesas, se encuentra una ciudad perdida que solo las aves, los animales y el bosque conocen”.

Pero hay un diálogo entre Manuel Silva y su asistente donde el arqueólogo termina subyugado ante tales revelaciones: “[...] Esa noche, el insomnio me hizo pensar y, entre sueños de fantásticas realizaciones, sentí por primera vez en mi vida mi proximidad con la cumbre que todo arqueólogo ambiciona en su vida: descubrir lo desconocido”.

Rafo León da otras pinceladas: “[...] la honda experiencia estética: estarse entre la bruma, en el silencio absoluto del bosque, ante la contudencia de la piedra, del muro y de la raíz gigante, es una forma de vivir una poesía imposible de encontrar en el mundo de las palabras puras o en el montaje artificial de la vida urbana”.

Quizá por eso sentencia: “Kantupata es arqueología, pero también es poesía”. Pero el libro consta también de información y detalles relevantes para dar nuevos avances que hasta ahora se han visto interrumpidos. “Nosotros no pudimos renovar la autorización con el INC para continuar con una segunda etapa del proyecto, de excavación, investigación y consolidación. Hemos tenido que devolver el dinero”, se lamenta Theo Paredes.

Kantupata, un sitio arqueológico ubicado en el mismo rango que la propia ciudadela de Machu Picchu, es interrogante también porque al parecer algunos no quieren ver más allá. Cuando las respuestas para el mundo de hoy están allí, en ese pasado vivo y memorioso en sus piedras y vegetación, y que debería darse a conocer de forma integrada.


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Hallazgo del Señor de Úcupe


Hallazgo del Señor de Úcupe fue el más importante del 2009
REVISTA “ARCHAEOLOGY” SE RINDE ANTE SU MAJESTUOSIDAD
Medio extranjero destaca que servirá para ampliar estudio sobre los mochicas. El Comercio(Fuente) fue el primero que dio a conocer la noticia en el 2008.


Las primeras exploraciones de este proyecto arqueológico se iniciaron en el 2004, con el apoyo de la National Science Foundation E. U., la Universidad de Texas en Austin y el Museo Tumbas Reales de Sipán.

El arqueólogo canadiense Steve Bourget trabajó varios años en silencio para evitar atraer a los saqueadores: él, como buen estudioso de la cultura mochica, sabía que bajo la tierra, en el distrito de Lagunas (Chiclayo), había algún vestigio de aquel pueblo.

Los primeros días de julio del 2008, en el sector noreste de la huaca donde se realizaban trabajos de excavación, se encontraron los restos óseos de un gobernante perteneciente a la élite, quien había vivido en la misma época que el Señor de Sipán, hace unos 1.700 años. En la tumba se hallaron, además, valiosas piezas de oro y ornamentos de diversos materiales.

El trabajo silencioso de los arqueólogos se acabó y las imágenes del Señor de Úcupe dieron la vuelta al mundo. Tanto así que, en la última edición de la prestigiosa revista especializada “Archaeology”, se considera al de Úcupe como el hallazgo más importante del 2009 (los restos se encontraron en el 2008, pero la revista publicó un reportaje recién el año pasado).

El descubrimiento del Señor de Úcupe —equivalente al del Señor de Sipán en la década de los ochenta— tuvo una significativa importancia porque permitió ampliar el campo de estudio del alcance de la cultura mochica y la distribución geográfica de sus gobernantes.

La publicación comenta, además, que ante el hallazgo se generó una pregunta: “¿Fue el mundo mochica una colección de pequeños estados-nación, uno en cada valle, o había una autoridad central?”, se lee en el artículo.

La revista destaca, por cierto, que parte del éxito de los investigadores radica en que los propios pobladores de Úcupe han sido quienes protegieron los restos del acoso de los profanadores de tumbas. Esta misma iniciativa fue destacada en octubre del 2009 por un periodista de “The New York Times”, quien escribió un artículo titulado “Para atrapar a un saqueador”.

Actualmente, los restos hallados en el ahora célebre distrito de Lagunas son examinados por los especialistas. Úcupe tiene aún mucho que revelar sobre el pasado histórico del norte del país.

SEPA MÁS

  • Además delÚcupe por “Archaeology”, Prom-Perú informó que otros atractivos del Perú han sido destacados.
  • La revista británica “Wanderlust”, en la edición de enero, incluyó a la Cordillera del Huayhuash en la lista de “Los 12 viajes del 2010”.
  • Además, la “National Geographic Traveler” menciona al lago Titicaca entre los 12 mejores destinos para viajar en invierno.
  • La revista “Real Travel” sostuvo, en un reciente artículo, que el norte del Perú se presenta como “un nuevo y sorprendente descubrimiento” a nivel turístico.


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De garras y colmillos

Felinos. El otorongo, el puma y otros felinos han sido representados de múltiples formas en todas las culturas del Perú antiguo. La joven historiadora de arte Alba Choque Porras ha publicado un libro (*) que busca responder el porqué de este culto ancestral.

Por: Jorge Paredes

Fuente (El comercio) PDF


El cóndor, el felino y la serpiente. Estos tres animales representaron en el Perú antiguo a los tres mundos conocidos: el aire, la tierra y el subsuelo. Pero de los tres, el felino aparece como el más importante. Desde tiempos precerámicos (2.500 años a.C) su imagen no solo fue reproducida de mil maneras sino, además, se mimetizó con las representaciones de los otros dos animales. ¿Qué vio el hombre andino en estos esbeltos animales andino-amazónicos, solitarios y depredadores? ¿Qué representó la imagen totémica del jaguar o del puma en estados agrarios y teocráticos? La historiadora de arte Alba Choque Porras ha dado respuesta a estas preguntas en “La imagen del felino en el arte del antiguo Perú”, un revelador volumen que recorre el universo religioso precolombino a través de un estudio iconográfico de los distintos gatos andinos que han poblado el imaginario de nuestras culturas ancestrales.

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“Creo que el tigre se llama “ukurunku” en el Antisuyo”, escribió Garcilaso en “Los comentarios reales de los incas”. Ese es el nombre del actual otorongo, conocido también como jaguar. El mayor felino de esta parte de América, que puede llegar a medir hasta dos metros de largo y pesar 180 kilos.

Hasta el momento la primera representación de un felino fue hallada en Huaca Prieta, en el valle de Chicama, La Libertad, en 1946. Se trata de un tejido de algodón de 4.500 años de antigüedad, en el que se representaba la figura de un cóndor, en cuyo vientre aparecía una serpiente enroscada con cabeza de felino. “El felino en esta imagen es el corazón y el inicio de la vida de las otras dos deidades. Asimismo, es el inicio de un diseño morfológico mítico-religioso en el Perú antiguo”, escribe la autora.

Esta imagen resulta clave para entender por qué el felino hechizó al hombre andino. Como todo pueblo agrario y teocrático, las culturas del Perú antiguo divinizaron el poder devastador de los fenómenos naturales, (el rayo, la lluvia, el trueno) y le dieron fuerza mítica al mundo físico que los rodeaba (las montañas, los ríos, las lagunas), pero al mismo tiempo adoptaron como figuras totémicas a ciertos animales que ellos creían podían dominar a estas fuerzas. Ahí el felino ocupó un lugar primordial.

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En el libro se dice que el felino ha sido el alter ego del hombre andino, ¿cómo surge esto?


En este trabajo me he apoyado en la arqueología y la historia, pero también en la biología. Primero debemos averiguar cuál ha sido el comportamiento de la fauna felina en el antiguo Perú. Hay cuatro felinos principales: el otorongo, el puma, el tigrillo y el gato montés, los cuatro eran adorados en diversas escalas. Pero los principales eran el otorongo y el puma. El otorongo aparece como el máximo depredador por encima, incluso, de la anaconda, entonces el hombre prehispánico lo asoció con un ser poderoso e indestructible y le atribuyó poderes sobrenaturales. De esta manera, comenzó a imitar su comportamiento para buscar él también ese poder. Hasta hoy el chamán invoca al felino o se viste como este animal, tratando de asumir los poderes de la deidad. Todo esto fue reflejado en los relatos orales y en el arte.


También mencionas que la figura del felino está relacionada con el culto al agua y la fertilidad, ¿cómo ocurre esta transformación?


En principio, los otorongos viven en lugares húmedos, cerca de pantanos a diferencia de los pumas que viven en zonas secas. ¿Qué pasa? En todas las representaciones totémicas los animales son cargados con las características de otros seres. El felino va a tomar las alas del cóndor y en otras ocasiones los atributos de la serpiente. El hombre andino asoció el rugido del otorongo con el ruido del trueno, pero como este sonido venía del cielo, entonces construyó el mito del felino volador, que arroja centellas de sus ojos y luego riega con sus orines la tierra. Ahí la relación con el culto al agua. Primero, aparece el rugido (trueno), después brillan los ojos del felino (rayo) y luego con sus orines (lluvia) fertiliza los campos. Esto aparece en grabados y representaciones.

Por su nocturnidad, se creía además que el felino conectaba el día con la noche.
Se creía que, al ocultarse, el sol se sumergía en la tierra y se convertía en la representación de un felino-serpiente, que dominaba todo el espacio infrahumano o subterráneo. De esta manera, movía las energías de la tierra para emerger luego en el día y repetir sucesivamente este ciclo.

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Con el tiempo la representación del felino se hizo más compleja. En Chavín era la máxima deidad —el ejemplo más claro es el mítico lanzón—, mientras que los incas lo consideraban como un dios intermedio. Existe un dibujo del cronista indio Juan de Santa Cruz Pachacuti que lo ubica al extremo derecho de la cosmogonía inca. Ahí aparece la figura del felino volador, arrojando agua o granizo por la boca. Alba Choque asegura que esta proliferación de iconografías, cerámicas, telares, etc., referidas al felino demuestra que en el antiguo Perú hubo arte y no solo representaciones documentales u objetos utilitarios. “Es probable —dice— que al inicio hayan sido los propios sacerdotes los que dirigieran las prácticas artísticas, pero con el tiempo llegaron a capacitar a grupos de personas dedicadas exclusivamente a la creación”. Tal vez el sacerdote explicaba el mito, pero era el artista el que utilizaba su capacidad creadora para plasmar el relato oral en una cerámica o un tejido. Este libro es una prueba palmaria de esta hipótesis.

El felino de oro
Choque significa en aimara oro sagrado y chinchay felino en quechua. Choquechinchay podría significar felino de oro o felino sagrado de oro y designaba a una constelación que se ve en el hemisferio sur (estrellas que formaban la figura de un tigre, según el cronista Pedro Calancha), la cual era venerada desde tiempos remotos hasta los incas. En la figura derecha se muestra el choquechinchay según la cosmogonía inca de Santa Cruz Pachacuti.

Caral - Música ancestral

Ciudadela, ubicada en Supe, es el centro de la civilización más antigua de toda América. Lima. EFE.

El Gobierno del Perú consideró “un éxito muy importante de la cultura” peruana en el mundo a la designación como Patrimonio Cultural de la Humanidad de la Ciudad Sagrada de Caral-Supe, otorgada ayer por la Unesco.
La cancillería peruana señaló, en un comunicado, que esta designación “es producto de un amplio y consistente trabajo conjunto realizado en los últimos años” por los encargados del proyecto junto con el Instituto Nacional de Cultura y el Ministerio de Relaciones Exteriores.
La Ciudad Sagrada de Caral-Supe, considerada el centro de civilización más antiguo de toda América, fue declarado como bien cultural de “valor universal excepcional” por el Comité del Patrimonio Mundial de la Unesco, que celebra su 33 reunión en la ciudad española Sevilla.
cultura milenaria El sitio arqueológico, que abarca 626 hectáreas y tiene unos 5,000 años de antigüedad, está emplazado en una meseta desierta y árida que domina el valle verdeante del río Supe, al norte de Lima. La ciudadela es uno de los dieciocho asentamientos urbanos de la región y su arquitectura, compleja y monumental a la vez, incluye seis grandes estructuras piramidales, y su notable estado de conservación obedece tanto a su temprano abandono como a su tardío descubrimiento.
El hallazgo de un quipu (ramal de cuerda con varios nudos y colores, anudado a otros ramales similares y usado para registrar y transmitir relatos, noticias y cuentas) da testimonio del grado de desarrollo y complejidad alcanzado por la civilización de Caral.
El plano de la ciudad y algunos de sus componentes, en especial las estructuras piramidales y el conjunto residencial de la clase dominante, atestiguan claramente la existencia de funciones ceremoniales reveladoras de una fuerte ideología religiosa.

“La nominación de la Ciudad Sagrada de Caral como Patrimonio Cultural de la Humanidad tendrá, sin duda, efectos positivos para la zona norteña de Supe, porque permitirá el desarrollo de un eje de fomento de mejores condiciones de vida para la sociedad actual de su entorno”, afirmó la cancillería. También remarcó que la designación se hizo “luego de aplicar estrictos criterios de evaluación que reconocieron el valor universal excepcional de este importante sitio arqueológico del Perú, que fue asiento de la civilización más antigua conocida en América (3,000 a 1,800 a.C)”.
Se ha reconocido, añadió, que la ciudad “es la representante más destacada por su antigüedad, extensión urbana y complejidad arquitectónica de la civilización peruana durante el período Arcaico Tardío, con impresionantes edificios piramidales, plataformas constructivas, plazas circulares hundidas y el diseño urbano, desarrollados durante siglos”. Antes de conocerse su designación, la directora de la Unidad de Latinoamérica y del Caribe del Centro del Patrimonio Mundial de la Unesco, la española Nuria Sanz, resaltó a Efe que Caral es “un sitio excepcional y uno de los más monumentales y de más antigüedad en la historia del poblamiento americano”.
Perú ya contaba con otros diez sitios inscritos en la Lista del Patrimonio Mundial de la Unesco: seis culturales, dos naturales y dos mixtos (culturales y naturales).
Los primeros incluidos fueron la ciudad del Cusco (en 1983), el santuario histórico de Machu Picchu (1983), el Parque Nacional de Huascarán (1985), el sitio arqueológico de Chavín (1985) y la zona arqueológica de Chan Chan (1986), que se mantiene en la Lista en Peligro y cuyo estado de conservación se ha evaluado en Sevilla.
También figuran el Parque Nacional de Manu (1987), el Centro histórico de Lima (1988 y ampliado en 1991), el Parque Nacional del Río Abiseo (1990 y ampliado en 1992), las Líneas y geoglifos de Nazca y Pampas de Jumana (1994), el Centro histórico de Arequipa (2000) y, desde ayer, Caral-Supe. (Fama)

Los viajes de Bingham Post I

El domingo 5 de julio en el suplemento DOMINICAL del Comercio se publico un especial muy interezante sobre Macchupicchu, Hiram Bingham, ingenieria Inca, Naturaleza del Cusco y una reflexion sobre la realidad de nuestro patrimonio cultural heredado por nuestro ancestros.
comparto con uds estos siete posts, y un file en pdf y tambien los invito a ver la web del Comercio donde encontraran cosas interezantes. Saludos a todos los amigos quenistas del Perú y Latinoamerica y porsupuesto a todos los seguidores en el Mundo.



Los viajes de Bingham

Expedición. En octubre de 1912, El Comercio alertaba sobre la firma del contrato con la Universidad de Yale para la exploración de zonas arqueológicas. Antes, anunciaba la expedición de Hiram Bingham en Choquequirao.

Nuestras riquezas arqueológicas

[25/10/1912]


El 10 de agosto último, el ex presidente del Consejo de Ministros y ministro de Instrucción doctor Ganoza firmó con el Excmo. Señor H. Olay Howard, ministro de los Estados Unidos, este último en nombre de Hiram Bingham, representante de la Universidad de Yale, un contrato según el cual se c
oncedía a esa universidad la exclusiva por diez años para practicar todos los estudios, exploraciones y excavaciones arqueológicas, antropológicas y geológicas que creyera conveniente, en territorio nacional; la exportación de estos objetos y otras concesiones que significaban un monopolio amenazador para la cultura nacional y la pérdida para el país de los más valiosos restos de las pasadas civilizaciones peruanas.

Este contrato, felizmente, debía ser remitido al Poder Legislativo y así lo fue, a la Cámara de Diputados, que lo pasó a estudios de su comisión de Instrucción. Esta solicitó la opinión ilustrativa del Instituto Histórico del Perú, que, comprendiendo el grave alcance de las cláusulas de ese contrato, se pronunció desde el primer momento en contra del monopolio que se pretendía establecer. Sin encerrarse en un vano egoísmo, el Instituto quiere que el campo científico del país esté abierto a todas las instituciones sabias y que no se pongan tropiezos a los hombres de ciencia que deseen contribuir a las investigaciones y al estudio de nuestra historia; por eso, el Instituto se pronuncia en contra de la exclusiva proyectada, y deseoso, al mismo tiempo, de que no sea en Alemania, en Francia o en Estados Unidos donde tengamos que ir para estudiar nuestra historia patria pide se coleccione aquí nuestras riquezas arqueológicas, a fin de que vengan al Perú los extranjeros que quieran estudiarlas.

En esa labor formuló el Instituto, en 1907, un proyecto de ley destinado a impedir la exportación de los objetos arqueológicos y a conservar nuestros monumentos históricos. Por más esfuerzos que el Instituto ha hecho, sin embargo, no pudo lograr jamás que el anterior gobierno presentase ese o cualquier otro proyecto de ley; en variadas formas insistió con tal motivo, sin que sus gestiones alcanzasen el menor éxito.

Entre tanto, clandestinamente, salían de nuestros puertos valiosas colecciones de huacos, tapices, momias y otros ídolos de incalculable valor histórico.

Por último, como si esto no bastase en lugar de cautelar nuestras riquezas y conservarlas para el país, se daba la exclusiva a una institución extranjera para practicar excavaciones, llevar a cabo estudios y exportar objetos, en forma tal que se negaba análogo derecho a otras instituciones científicas y extranjeras [...].

Misión americana
[23/6/1911]

En el vapor de Panamá, llegado esta mañana al Callao, ha venido la expedición científica enviada por la Universidad de Yale y presidida por el catedrático de historia latinoamericana de esa institución, profesor Hiram Bingham. La expedición [...] tiene el encargo de estudiar las ruinas de Choquequirao y otras en el departamento de Apurímac. El profesor Bingham cruzó el territorio nacional en febrero de 1909, viniendo del Cusco a Lima por la vía terrestre, y entonces tuvo ocasión de visitar la misteriosa Choquequirao, cuyas impresiones publicó en el Tomo 12, entrega correspondiente a diciembre de 1910, de la revista “American Antropologist”.

  • Fuente y fotografias: El comercio - Perú.
  • Formato pdf de los siete post.
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Tres caballeros y una asombrosa montaña - Post II

PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD

Tres caballeros y una asombrosa montaña

Revelación. La historia dice que Machu Picchu fue “descubierta” el 24 de julio de 1911 por Hiram Bingham. Un siglo después, de puño y letra del propio Bingham se sabe que las cosas fueron distintas.

Por: Alexia Beck K* Viajera.


En 1913 el mundo conoció a través de la prestigiosa revista “National Geographic” el hallazgo de la “ciudad perdida de los incas”. El crédito se lo llevó Hiram Bingham, quien realizó una expedición financiada por la Universidad de Yale y la “National Geographic”. Y esa historia circuló como ciertísima e indudable por cerca de un siglo. Pero como dice la canción “sorpresas te da la vida”.

Y una verdadera sorpresa es lo que se ha encontrado en la libreta de campo de Bingham. Allí, escrito de su puño y letra, se lee textualmente: “Agustín Lizárraga es el descubridor de Machu Picchu, él vive en el pueblito de San Miguel”.

La historia de los tres descubridores cusqueños
Hoy se sabe que Agustín Lizárraga llegó a la ciudad perdida de los incas nueve años antes que Bingham —el 14 de julio de 1902—, y que luego sería guía de campo del grupo de exploradores de la Universidad de Yale. Lizárraga fue un conocido hacendado cusqueño, quien exploró la zona a inicios del siglo XX, junto con sus paisanos Gabino Sánchez y Enrique Palma. Algo que en los círculos cusqueños nunca se puso en duda.

Es más, hace algún tiempo, una información aparecida en el diario “La República” mencionaba que el ex alcalde cusqueño José Gabriel Cosio (1887-1960) —uno de los primeros peruanos en visitar Machu Picchu, poco después de Bingham— llegó hasta allí, según su propio testimonio, siguiendo la ruta de Agustín Lizárraga. Está bastante claro hoy que Hiram Bingham fue modificando la historia a su antojo, incluso hasta el punto de borrar toda contribución local. Y esto en gran parte le fue posible debido a la temprana desaparición de Lizárraga, quien en un segundo viaje hacia Machu Picchu —en plena temporada de lluvias— al tratar de cruzar el río Urubamba, fue arrastrado por la fuerza de sus aguas, sin que jamás se encontraran sus restos.

El acuerdo con Yale
Según informa la historiadora Mariana Mould de Pease (importante estudiosa y defensora de esta llacta inca), fue Augusto B. Leguía, por intermediación de su homólogo estadounidense y del norteamericano Albert A. Giesecke —por entonces rector de la Universidad del Cusco— quien facilitó a Hiram Bingham todos los permisos para emprender su empresa. Mediante dos autorizaciones se le permitió, además, llevar a su país las piezas arqueológicas y documentos que hallara.

Supuestamente todo esto debía volver al Perú, tras ser estudiado por 18 meses en la Universidad de Yale. Eso fue a principios del siglo XX, ahora en pleno siglo XXI las piezas siguen en la universidad de Yale y nuestro país se ve estancado desde hace algunos años en una demanda para la repatriación de estas piezas.

Piezas cuyo retorno serán un homenaje a la memoria de esos tres caballeros cusqueños: Lizárraga, Sánchez y Palma, verdaderos descubridores de esta maravilla del mundo escondida entre la niebla y el frondoso verdor de la montaña.

El trabajo y la solidaridad
Sobre esta maravilla peruana ha escrito el biólogo Benjamín Collantes: “En la nueva alborada, a los pies de estas montañas sagradas, duerme la portentosa ciudad de Machu Picchu cubierta de una gigantesca sábana de niebla, que al amanecer miles de cabellos dorados del dios Inti la iluminan. Así, durante cientos de años ha dormitado sin inmutarse del tiempo inexorable. Probablemente no haya otro himno milagroso de la arquitectura que supere a Machu Picchu, orgullo supremo del hombre andino, que luce como una diadema en la frente; la diadema de la dignidad el trabajo y de la solidaridad”.


  • Fuente y fotografias: El comercio - Perú.

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