Cruces del Camino - Perú

La religiosidad popular en nuestro país viene de
antiguo y se acrecienta a partir de la incursión
española, cuando llegan la espada y la cruz.


Fuente: Lima, 1 de abril del 2012 • El Dominical • 11 D
Luis Repetto Málaga *
Director del Museo
de Arte y Tradiciones
Populares, IRA-PUCP



La cruz es el elemento más importante de la cristiandad. En muy breve tiempo, se propaló por todo el territorio nacional a partir de sus diferentes versiones en los interiores de los templos, en las procesiones de Semana Santa o en celebraciones como la Navidad o el Corpus Christi.

En el mundo andino, la cruz tuvo diversas connotaciones e interpretaciones, según las regiones del país y los materiales utilizados para su elaboración. En los hogares, jamás faltó una con los elementos clásicos de los episodios de la pasión de Cristo, mientras que, en las iglesias y conventos, se concentró una serie de advocaciones, tanto para la cruz como para Cristo, con sus específicas virtudes y propiedades.

EN TECHOS Y ALEROS

Las cruces se hacen de pasta o de madera; se tallan en marfil, en hueso y en infinidad de otros materiales. Sus características particulares tienen que ver con su procedencia; sus primorosas decoraciones, con la mano del artista que logra plasmar, en cada una de las imágenes, verdaderos ejemplos de la cultura tradicional de nuestro país. En este contexto, surgen, asimismo, las cruces de techo, para agradecer por la nueva casa, y pedir bendiciones y prosperidad para ella.
Elaboradas con flores locales, su colocación en techos y aleros de las casas es siempre motivo de una gran fiesta, con todo y padrino, como lo atestiguan distintas comunidades del interior el país.
Las cruces para las celebraciones de Semana Santa, como la de Porcón, en Cajamarca, tienen características propias y singulares, con la fe como el componente aglutinador y la participación en pleno de la comunidad, que acompaña a los sacros símbolos a recibir la bendición en los templos.

CONSUELO VARGAS MIGUEL CARRILLO

Las cruces de camino fueron colocadas en los extramuros de las ciudades como señal de bienvenida y despedida. En el mes de mayo, la tradicional fiesta de las cruces se celebra, sobre todo, en Ayacucho, especialmente en Huanta, en Arequipa e incluso en la costa (Chincha).

EN PUEBLO LIBRE

Las cruces de camino fueron colocadas en los extramuros de las ciudades como señal de bienvenida y despedida. Hasta ahora, se acostumbra dejar al pie de ellas ofrendas de agradecimiento para iniciar un viaje o para ingresar a una ciudad.
En Lima, tenemos muchos testimonios de estas cruces que, poco a poco, van quedando constreñidas dentro de los cascos urbanos. Seguramente, la más conocida y la más venerada en el entorno citadino es la Cruz del Viajero, en el actual distrito de Pueblo Libre, la cual, además, ha sido declarada Patrimonio Cultural de la Nación y tiene una organización de vecinos que se encargan de su cuidado y de su culto.

HITOS URBANOS
Sin embargo, existen otras que hoy pasan casi desapercibidas, como la Cruz de Yerbateros (lugar donde se vendían yerbas hasta los años cincuenta), en el distrito de La Victoria, ubicada en lo que era el inicio y el final de la carretera Central. La Cruz de San Isidro, entre Paz Soldán y Santa Luisa (otrora también final y comienzo), alguna vez marcó un hito dentro de la vida urbana de la zona, aunque hoy sea quizás la menos atendida por sus vecinos.
Hay cruces en Chorrillos, en Surco, en Barranco, o en la misma Vía Expresa, que también poseen una organización humana a su alrededor para su culto y reconocimiento, con padrinos y mayordomos que se encargan de elaborar sus indumentarias: paños bordados en hilos metálicos y con aplicaciones en telas doradas y plateadas, con iconografías vinculadas al mundo católico; paños a manera de chalinas, generalmente responsabilidad del padrino, donde figuran nombres y fechas de entrega.

ROL INTEGRADOR
No faltan en torno a ellas objetos vinculados a la pasión de Cristo: clavos, escalera, martillo, cáliz, gallo, etc. Luis Millones y Francisco Iriarte, entre otros investigadores, han trabajado este tema de la religiosidad popular, tanto en relación con las cruces de camino, como respecto de las cruces de interior, las cruces de techo o las cruces en los cementerios (donde son las representaciones más recurrentes como señal de fe en una vida futura).

Se podría abundar mucho más acerca de la importancia de las cruces y de su presencia en nuestro territorio, pero finalizaremos señalando que las cruces, en general, y las cruces de camino, en particular, siguen cumpliendo un importante rol integrador y articulador en sus distintas comunidades, a pesar de ser usualmente desbordadas por la urbanización y la modernidad.

Lugares sagrados

Muchas veces, las cruces están
asociadas a las apachetas, a las huacas
y a los lugares sagrados. Algunas
son símbolos de la ciudad, como la del
cerro San Cristóbal, instalada durante
el gobierno del presidente Leguía,
o la que se colocó en Chorrillos, cuando
nos visitó el papa Juan Pablo II, o la
cruz que se ubica frente a los apus de
la ciudad de Huamanga y que le sirve
como referente.
Con frecuencia, igualmente, al
considerarse a las huacas como
lugares de gentiles, se colocaron cruces
para ahuyentar a los malos espíritus y dar
la bienvenida a los forasteros.

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