Criaturas de los bosques - Post V

Biodiversidad. La “ciudad perdida de los incas” se yergue en un paraje de asombrosa biodiversidad. Helechos y orquídeas, aves y mariposas, osos de anteojos son parte de su exuberante naturaleza.


Una serie de factores que van desde el clima, su ubicación en la vertiente oriental de los Andes, la sucesión de montañas y hondonadas hasta llegar a sus cursos de agua crean una diversidad de pisos ecológicos y 10 zonas de vida (según el sistema Holdridge) que van desde los 2.000 hasta más de 6.000 metros sobre el nivel del mar, en el nevado Salkantay. Esta diversidad de hábitats favorece la proliferación de variedad de especies de flora y fauna que son uno de los grandes tesoros de Machu Picchu al que no se le presta atención suficiente. Natura y cultura conviven aquí de manera admirable. La “llacta” es tanto una maravillosa obra de la ingeniería inca y su entorno natural.

Paraíso botánico

Las distintas zonas de vida permiten la existencia de una variada gama de especies de flora. Se pueden observar espesos bosques típicos de la selva alta y vegetación propia de las altas cumbres. Los fascinantes bosques de neblina cubren las escarpadas pendientes, y en las montañas proliferan inmensos helechos, coloridas orquídeas de asombrosas formas y bromelias, así como cerca de noventa especies arbóreas con un tronco de diámetro mayor a 10 centímetros (esto constituye una de las más altas cifras registradas la selva alta, o rupa-rupa, según la denominación del Amauta Javier Pulgar Vidal). Entre el recurso forestal se distinguen especies maderables como el cedro, el laurel entre otras.

Pero son las flores, fundamentalmente las orquídeas, las que llaman la atención por la cantidad de especies allí albergadas y por su variedad de coloridas formas, así como los insectos asociados a su intrincado proceso de polinización.

Vida para proteger

El Santuario Histórico de Machu Picchu es hogar de una abundante fauna. Allí sobreviven variadas especies en vías de extinción como el oso de antejos (oso andino o ucumari, Tremarctos ornatus), el único oso existente en sudamérica. El puma es otra de las criaturas que por allí pululan, así como el pudu o sachacabra, el simpático venado enano (Mazama chunnyi), el zorro andino, la nutria de río, la taruca (muy cotizada por los cazadores “deportivos”), entre otras. Hay también peligrosas serpientes como la coral, de muy activo y rápido veneno. Machu Picchu es también un paraíso para los entomólogos por la gran variedad de insectos, entre los que sobresalen las mariposas. Han sido registradas más de 400 especies de aves, entre las que sobresale el ave emblema del Perú, el gallito de las rocas, la pava montesa, el cóndor, loros, picaflores, entre otros. Un paraje para descubrir, estudiar y admirar.

Es pues Machu Picchu un verdadero santuario de vida natural, un refugio para centenares de especies, un paisaje mágico, enigmático, donde la naturaleza dialoga con la cultura como en ningún otro punto de nuestro planeta.


  • Fuente y fotografias: El comercio - Perú.

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