Maravilla bajo amenaza - Post VI

“Llacta Inca”: Investigaciones recientes han identificado a Machu Picchu como una llacta, es decir una construcción cuyo núcleo es una huaca en una accidentada área andina. Actualmente su uso excesivo como atractivo turístico atenta contra su adecuada conservación.

Por: Mariana Mould De Pease*

Historiadora

La edificación inca de Machu Picchu —en el siglo XV de la era cristiana— por Pachacútec Inca Yupanqui sobre cimientos anteriores ha sido sustentada en base a fuentes arqueológicas e históricas por el fallecido arqueólogo estadounidense John H. Rowe.

El arqueólogo Luis G. Lumbreras considera que Machu Picchu fue la “casa” que escogió Pachacútec para mantener su cuerpo eternamente, al cuidado de su panaca —sus familiares en línea directa— que vivía en este poblado dedicado a su memoria y culto.


El antropólogo Fernando Astete enfatiza —en base a la lectura de las crónicas e investigación documental administrativa y probanzas de servicios a la corona española, efectuadas por Mereida Puma Soria y Carlos Ayme Carrasco— que entre los incas no existió la noción de propiedad privada. Astete también rechaza la propuesta del antropólogo estadounidense Richard L. Burger y su esposa, la arqueóloga peruano-estadounidense Lucy Salazar, que presenta a Machu Picchu como el lugar de descanso de Pachacútec, a manera del “Camp David”, lugar de esparcimiento de los presidentes estadounidenses.



Turistas: No poner un límite de visitantes al santuario lo atenta contra la integridad física y la autenticidad arqueológica.



También hay que tener en cuenta que algunos especialistas afirman —en base a similar documentación— que Machu Picchu fue edificado por Wiracocha, antecesor inmediato de Pachacútec y que este lo confinó allí luego de vencer a los chancas, en el actual Ayacucho por haber huido durante la batalla, a pesar de ser un inca ungido.El fallecido antropólogo Emilio Mendizábal observa que Machu Picchu no tiene las características de la ciudadela latina, como difundió Hiram Bingham; y, argumenta, que debemos llamarla llacta, dado que su núcleo es una huaca, que en este caso son las piedras de la accidentada área andina en que este poblado fue ubicado por los incas.

Ya es evidente que la investigación interdisciplinaria nos está dando una explicación plausible para entender qué fue Machu Picchu a partir de la sustentabilidad de sus valores científicos y estéticos, así como de la supervivencia de sus recursos originales.


¿Qué es endurecer Machu Picchu?

Se trata —aquí— de hacer esta llacta inca inmune a la dinámica de la investigación interdisciplinaria para dar prioridad a su uso turístico. Este concepto fue introducido, en el 2004, durante la evaluación de la gestión pública ambiental y de patrimonio cultural de Machu Picchu por la arqueóloga estadounidense Margaret MacLean, como asesora de la Contraloría General de la República, para explicar las consecuencias negativas a mediano plazo que tiene el dar prioridad el uso turístico de esta llacta inca sobre su preservación cultural y natural.

No se debe endurecer Machu Picchu porque es el símbolo de la continuidad del Perú milenario hasta estos días, dado que fue inscrita como Patrimonio Cultural y Natural de la Humanidad en 1983. Esta inscripción se debió a que es una singular obra arquitectónica del genio humano; porque es un testimonio único de una tradición cultural (inca); porque se engarza de manera magnífica con la geología andina; por su excepcional diversidad biológica. En resumen, el perfecto ensamblaje incaico de sus piedras con el entorno natural son valores universales sobresalientes.

El trazo arquitectónico así como la distribución dual de los espacios —entre otros aspectos arqueológicos y de las ciencias naturales— han permanecido sin alteración alguna en Machu Picchu desde hace casi quinientos años debido a que se despobló rápidamente porque los españoles no se instalaron allí de manera permanente.

Ya el Centro del Patrimonio Mundial ha hecho saber al Perú —en su lenguaje diplomático— que Machu Picchu está siendo paulatinamente endurecido por el desborde turístico y consecuentemente está perdiendo sus valores universales sobresalientes.


¿Cómo revertir esto?

Esa dependencia de la Unesco ha destacado que el Perú tiene que prestar específica atención —entre otros puntos— a que:

Los marcos legales deben armonizar unos con otros, ya que hay medidas y vacíos regulatorios en conflicto que van en detrimento de una eficiente y coordinada ejecución de las disposiciones de protección del sitio;

Debe haber un eficaz control sobre la construcción de las nuevas edificaciones, para que se pueda garantizar tanto que no perturben este paisaje cultural así como la seguridad de sus potenciales usuarios, ya sean visitantes o residentes.

Aun cuando —por ahora— para el Centro del Patrimonio Mundial no hay especial preocupación por el monumento en sí mismo, ya ha encontrado serias deficiencias en la presentación e interpretación del sitio. Es decir, la información que se proporciona a los turistas no contribuye al entendimiento del significado cultural y natural de Machu Picchu.

En el amplio marco de los recientes conflictos por el uso de los espacios amazónicos, apremia que en las mesas de diálogo para la resolución de conflictos, así como en los talleres de información y conocimientos sobre esta llacta inca, tanto el sector público como privado tengan en cuenta la integración, cooperación, transparencia en la ejecución de acciones de responsabilidad compartida. Este es requisito indispensable para la gobernabilidad de este Santuario Histórico.


La tumba de Pachacútec

La Tumba Real o de Pachacútec, han explicado Víctor Carlotto y asociados en el 2007, presenta tres paredes que sirven como muros para estabilizar el bloque de caos granítico y es parcialmente un techo natural. En la parte superior, este bloque enorme soporta el Torreón y los incas aprovecharon de la inclinación de la roca para construir un recinto en la parte inferior. El peso del bloque apoyado sobre el muro, incluyendo el sobrepeso del Torreón edificado sobre el bloque de roca, ha ejercido presión sobre su estructura, desestabilizándola por problemas de su fusión y por la constante saturación del suelo, incidiendo en su cimentación. La pared oeste muestra también un sistema de separación de juntas y pequeñas fracturas, en el contacto con la roca inclinada que sirve de techo.

  • Fuente y fotografias: El comercio - Perú.


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